Suaves como la seda, cálidos y húmedos, estos dos Dioses Asiáticos te pondrán a la vista. Sus dos cuerpos tan delgados y esbeltos si alguna vez se entrelazan, sus lenguas de víboras se balancean una sobre la otra y nuestras dos zorras se embarcan en un pedazo de torta grande. Su pequeña camiseta apretada bajará, desaparecerá por completo, como sus faldas. ¡Ya están pastando despreocupadamente cuando el gato aterrizó a varios tipos en la habitación y gritó cuando lo vio divino! ¡Ya están excitados como cerdos, pero estas dos perras finas pujan por vencidas, y comienzan a follar con un consolador! Ser deslizado y ver, escucharlos como dos maullidos felinos, todo lo que los hace explotar. Como buenos caballeros, los dejan disfrutar de ambos como mejor les parezca, apretando sus cuerpecitos para torturarlos ... ¡Pero esperan ofrecer un gran juguete para probarlo y pronto habrá aterrizado!